domingo, 21 de junio de 2009

GRACIAS DE ANGELI

GRACIAS DE ANGELI

Las últimas declaraciones del Sr.De Angeli provocaron el espanto y el repudio de casi todo el arco político. Desde el peronismo se le contesto acusándolo de incitar un retorno a 1890 y desde la derecha se lo acuso de reproducir estrategias clientelistas que son repudiadas por la “sociedad”.

Sin embargo pocas voces intentaron ir más allá en el análisis, pocos son los que se atrevieron a desglosar tan serias declaraciones, a bucear en los aparatos argumentativos que sostienen este tipo de posturas.

Desde estos supuestos metodológicos, podemos decir que lo “grave” son aquellos tabiques discursivos que dan sustento y vida al hecho en si mismo, y ya no el horror que provoca un discurso políticamente incorrecto. En este caso, el análisis debería focalizarse en los silencios, en eso aún más terrible que no puede ponerse en palabras. Porque no hay dudas que las deformaciones producidas por los agroquímicos rociados sobre pibes de 16,17, o 18 años[1], no pueden ser descriptas con palabras.

Lo que nos interesa del silencio, es el silencio de las relaciones de poder, es el entramado subyacente de coacción, explotación y dominación. Nos interesa porque desnuda ya no la herida sino la gangrena de un sistema de explotación de la tierra que es y fue la base de un país profundamente desigual.

Hay que decir que el Sr. De Angeli ha cooperado de manera intensiva en el esclarecimiento de esta situación. No solo él, sino también aquellos 300 “productores rurales” que llenaron el galpón de la SRA de Entre Rios. Todos ellos han sido muy generosos en demostrarnos hasta que punto han llegado las relaciones de poder en el profundo interior argentino. Todos ellos nos han sabido mostrar que lo que esta en juego en las elecciones del 28 es lo suficientemente grave como para que se conmuevan los vortices más oscuros de la oligarquía argentina. Si es necesaria la utilización de medios extra-económicos para que el peón “embrutecido” vote un proyecto de clase patronal, es porque hay algún riesgo de que esa bestia con forma humana decida, por extrañas razones, aportar un grano de arena para su futura liberación. Y aquí la palabra LIBERACIÓN no es menor, aquí la palabra LIBERACIÓN debe ser escrita siempre en mayúsculas porque su etimología parece despertarse del sueño de hada que la mantenía presa de discursos contradictorios. LIBERACIÓN que nos lleva a buscar en el depósito de la historia el Estatuto del Peón, El Grito de Alcorta, La Patagonia Rebelde y otra infinidad de hechos históricos que clamaron por ese sentido semántico que tanto afecta a las clases patronales.

A pesar de esa posible recuperación histórica de sentido, el problema esta situado en una coyuntura dada que poco tiene que ver con los años de la década infame. Los paralelismos históricos pueden servir para responder, como se debe, enérgicamente y con fines de impacto en la prensa. Pero no podemos engañarnos, es otra la situación política, y por ende, a pesar de los paralelismos, es otro el campo del que estamos hablando. Alguien podría argumentar que existe un paralelismo benjaminiano en la tradición de los oprimidos, en ese estado de excepción suprahistórico, en esa constelación donde la explotación ha sido hegemónica. Es necesario repetirnos una y otra vez que tenemos que situar el análisis para responder con la fuerza y la coherencia necesarias.

En este sentido es preciso desglosar las coordenadas donde se encuentran las condiciones de posibilidad que dan una chance de existencia a los dichos del ruralista. Esas condiciones demuestran el avance de una ideología de clase dominante donde las clases populares son representadas como brutas y pasibles de utilización para fines justos que desconocen por si mismas. Al mismo tiempo estas clases representan un peligro constante: su embrutecimiento hasta puede llegar a liberarlas, lo que significaría el fin de los privilegios oligárquicos[2].

Durante todo el conflicto por la resolución 125, pudieron detectarse este tipo de discursos. Un buen ejemplo fueron los dichos de un representante de la SRA con respecto a la simultaneidad de un acto pro-125 y versus-125, en los cuáles se refería a que lo que separaba el acto ruralista del kirchnerista, era el zoológico[3]. Esta visualización biológica nos lleva a pensar en que el peligro de las fieras consiste en que estas se sientan representadas en un proyecto político que al menos amenace parte de los privilegios.

En este sentido, tenemos que agradecerles nuevamente porque de una vez por todas han aclarado su condición de clase patronal: “si gana el kirchnerismo, vendemos las vacas y echamos peones”. Tanto discurso inflamado por el supuesto esfuerzo del “campo” como instancia nacional totalizadora- que se reflejaba en aquella consigna mentirosa de “el campo somos todos”- queda sin dudas demolido cada vez que ven amenazadas sus fuentes de poder y salen al cruce.

Tampoco debemos engañarnos en el problema del Sr. De Angeli con respecto a la comunicación humana de sentidos. No fue silbado, ni abucheado sino aplaudido por aquellos 300 “productores”. Si los grandes medios de comunicación decidieron soltarle la mano, fue tan solo por su bravuconada sin anestesia, políticamente incorrecta. Lo que no significa que las clases patronales no estén pensando en este tipo de prácticas aberrantes.

Paradójicamente los grandes cordones de pobreza del conurbano y la ciudad de buenos aires están conformados en gran parte por clases populares expulsadas de un interior sin tierra y sin trabajo. ¿Cómo no conectar la realidad de las villas miserias y los asentamientos, con la concentración de la tierra en pocas manos?.

Un interior donde la tendencia económica se potencia en dos verbos: concentrar y exportar- un extraño proyecto de país.

Pero esta situación no es producto de la naturaleza ni del primer plantador de soja. Esta situación es producto de un modelo de país agro-exportador donde la época de bonanza es pensada como aquella donde el vaso se rebalsa y el pobre por fin consigue comprarse la bicicleta o el ciclomotor. Es un modelo de país donde los roles se encuentran bien definidos y la sociedad civil se transforma en la selva donde el mercado regula de forma mística todos los defasajes y errores humanos. En esta selva mística, el Estado debía ser tan solo un Tótem que vigile por las mejores condiciones de competencia.

El año pasado la resolución 125 rompió el tabú, y los roles de la selva se vieron amenazados. Esto nos permitió volver al debate sobre la distribución de la riqueza. Volver Avanzando, para dejar de lado mezquinas disputas por planes sociales o pequeñas dadivas estatales y pensar en un proyecto de país inclusivo, solidario y con justicia social.

No hay que olvidar jamás que los mismos que hoy se horrorizan con los dichos de nuestro colaborador, son quiénes se opusieron enérgicamente a una resolución que hoy estaría beneficiando a miles y miles de pequeños productores en extinción[4. Tampoco olvidemos que nuestro repudiable colaborador se ha sumado a la campaña electoral, ayudándonos nuevamente a visualizar entre la tupida vegetación de la selva.

Le repetimos: gracias Sr. De Angeli. A usted la historia no lo absolverá.



[1] Los llamados “banderilleros” son jóvenes que utilizando simples banderas “marcan” los lugares por donde deben pasar las aeronaves que rocían con agroquímicos las plantaciones. Esto les provoca graves problemas de salud que en poco tiempo se vuelven hereditarios.

[2] En este sentido también corren algunas declaraciones acerca del conurbano bonaerense. Dice el sentido común de barrio norte, que sin esa manga de negros, vagos, delincuentes y vividores del Estado, el kirchnerismo no podría ganar las elecciones.

[3] Nuevamente podríamos recuperar de las fauces de la historia aquella famosa adjetivación sobre el 17 de octubre de 1945: “el aluvión zoológico”.

[4] Se adjunta la lista completa de la votación en diputados y senadores en ocasión de la discusión sobre la resolución 125.

1 comentario:

  1. NO SE LE ESCAPÓ EL CHANCHO, DE TANTO HABLAR DE VEZ EN CUANDO LA VERDAD SE ESCAPA. COMO A MACRI CON LAS PRIVATIZACIONES.
    SALUDOS

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