viernes, 29 de mayo de 2009

CHARLA-DEBATE EN LA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES 27-05-09

Los siguientes textos corresponden a una transcripción que resume las intervenciones de los profesores Santiago Marino y Diego De Charras en la Charla que tuvo lugar en el Auditorio de la Sede Parque Centenario de la Facultad de Ciencias Sociales el día 27 de mayo.

“El Proyecto reconoce el derecho a la información como derecho humano, evita la concentración de la propiedad, y fomenta la diversidad”



Santiago Marino *

La ley vigente, que fue sancionada durante la dictadura cívico-militar más cruel de nuestra historia, fue el resultado de una negociación entre el gobierno de facto y las cámaras empresarias de medios, ATA y ARPA. Esta negociación se expresa no sólo en los lineamientos de la norma, sino también en la composición del directorio del organismo de control, que de acuerdo a lo que aún dice la ley tiene la composición de un miembro de cada una de las fuerzas, un miembro de la Secretaría de Información Pública y un miembro de cada cámara. El regulado se convertía entonces en regulador, y el sector privado comercial tenía participación, mientras que las entidades sin fines de lucro quedaban excluidas en todo concepto, porque entre las limitaciones que se estipulaban para poder ser licenciatario se indicaba que tener fin de lucro era un elemento excluyente.

Esta norma de facto fue reformada varias veces durante la democracia, aunque no tantas como se dice por ahí. No fue reformada 200 veces. Los que dicen eso están contado hasta las veces en que el interventor del COMFER se pidió licencia para tener vacaciones, por ejemplo. Las reformas importantes no fueron llegan a 20. Y se realizaron a partir del año 89, lo cual define sus características: la implementación de políticas neoliberales, que comenzaron con la ley de reforma del Estado. En esa ocasión, también se modificó el artículo 45 de la Ley de Radiodifusión, introduciendo tres cambios sensibles: se permitió que las empresas gráficas pudieran tener licencias, se permitieron las sociedades de sociedades, y se quitó la prohibición de tener vínculos con otros sectores de la economía, en tanto antes los licenciatarios debían tener únicamente objetivos de radiodifusión.

La mayoría de las veces que se modificó esta ley que sancionó un gobierno genocida, fue para beneficiar al sector privado comercial, para permitir la concentración de la propiedad.

En 1999, Menem permitió por decreto que la cantidad de licencias permitida pase de 4 a 24. También se permitió la emisión en cadena, por lo cual se centraliza la producción de medios en Buenos Aires, se reduce la cantidad de puestos de trabajo, y la cantidad de mensajes. Además esto afecta la construcción de la identidad nacional, porque como se sabe, esa identidad se vincula en gran medida a aquello que representan los medios de comunicación.

En estas condiciones estamos para discutir el Proyecto de Ley de Servicios Audiovisuales, que es una posibilidad concreta desde marzo de este año.

Desde AMARC celebramos la presentación del proyecto no sólo porque se abrió a debate en foros públicos, sino porque los “21 Puntos” de la Coalición por una Radiodifusión Democrática forman parte del proyecto en términos reales y particulares.

Entendemos que es un proyecto que reconoce el derecho a la información como derecho humano, que evita la concentración de la propiedad al reducir la cantidad de licencias permitidas en cada caso, que fomenta la producción de contenidos y la diversidad.

Desde ya también celebramos la posibilidad de acceder a licencias, ya que el proyecto reconoce la existencia de 3 tipos de prestadores: sector público, sector privado comercial, y sector sin fines de lucro, y la división en partes iguales del espectro.

Esto nos parece una democratización real de la comunicación, más cuando escuchamos de parte de la oposición política que se iguala la libertad de expresión a la libertad de los grandes medios, y se le niega la posibilidad a los ciudadanos, que son los verdaderos sujetos de ese derecho.

En ese sentido se trata de ampliar la concepción de derecho a la información y a la comunicación que hoy por hoy tiene una acepción reducida. Libertad de expresión no es únicamente libertad de prensa, privada y comercial.

* Es Magíster en Comunicación y Cultura de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y Licenciado en Ciencias de la Comunicación de la misma casa de estudios. También miembro de AMARC – Asociación Mundial de Radios Comunitarias -

“No se trata de un proyecto de arriba hacia abajo”


Diego De Charras *

Hace 20 días hubo un foro para discutir la ley acá en la facultad, con más de 50 expositores. Fue muy interesante. Uno de los principales ejes sobre los que se discutió fueron los bemoles y sostenidos del kirchnerismo, y algunos expresaron que están en contra del proyecto porque no apoyan a este gobierno, sin argumentar ni hacer referencia a la ley que se quiere impulsar. Eso me parece de un reduccionismo enorme.

Este proyecto está en consonancia con los lineamientos que viene manteniendo la carrera en torno a la libre expresión y la radiodifusión desde hace muchos años. Buena parte de los docentes de esta carrera participamos en la redacción de los 21 puntos en los que se basa la ley.

El año pasado nos anoticiamos que había una posibilidad concreta de preparar una norma de radiodifusión de la democracia, y que iba a abrirse el espacio para la colaboración de expertos. Por primera vez se da que el interventor del COMFER es una persona que proviene de esta carrera, y que fue docente de la materia Políticas y Planificación, cuando la cátedra era de Graziano. Por eso cuando asumió, llamó a gente de la carrera y de la cátedra para colaborar.

Este proyecto se hizo en la línea de los 21 puntos. No es un proyecto de arriba hacia abajo. Más allá de que lo esté presentando el Poder Ejecutivo, no nace de la nada. Surge de 5 años de trabajo de la Coalición por una Radiodifusión Democrática, que viene trabajando para cambiar la Ley de Radiodifusión vigente y para lograr la participación de las organizaciones, de los gremios, abogando por la pluralidad, y el trabajo nacional.

Es importante revisar la críticas que se le hacen al proyecto.

Uno de los mitos que plantea la oposición es que era una barbaridad que las licencias se revocaran cada 2 años, y esto es falaz. Lo que dice el proyecto de ley en su artículo 38 es que la cantidad de licencias puede ser revisada cada dos años, pensando en función de la digitalización, que multiplicaría enormemente las posibilidades de emisión… Entonces 10 quizás sea un número bajo. La cantidad de licencias que se pueden tener deben ser evaluadas en función de la cantidad disponible en el espectro.

Otra cuestión que se plantea desde otros sectores es si las telefónicas van a poder acceder a licencias. Esto está obviando dos cosas. Primero que Telefónica es ya dueña de Telefé, y esto vale la pena resaltarlo. En segundo lugar, respecto del proyecto de ley, se ponen tantos condicionamientos que creo que sería muy difícil que las grandes telefónicas puedan entrar al sector. Estoy hablando se condiciones como los requerimientos respecto del capital nacional, la imposibilidad de subsidios cruzados, la participación de los trabajadores, entre otros.

El reclamo de esta ley es un reclamo histórico. Cabe destacar también el contexto de la legislación internacional en el cual se inserta. Este proyecto es por lejos de lo mejor en cuanto a legislación comparada. En particular en lo que hace a las radios comunitarias. Se tomaron las mejores propuestas de la normativa europea y, del mismo modo, algunas de las normativas de la legislación norteamericana.

En los últimos días se hecho una campaña para decir que las organizaciones internacionales estaban en contra del proyecto. Organizaciones tales como la AIR, que es una cámara empresaria. Por lo tanto su posición es absolutamente sesgada.

La existencia de una ley no garantiza en sí misma su cumplimiento. Las prácticas y la fuerza social que la empujen es lo que puede garantizarlo. De todas maneras, el amparo de una norma mejora extraordinariamente el contexto.

* Licenciado en Ciencias de la Comunicación, Universidad de Buenos Aires (UBA). (2002)
Pertenece al equipo docente de la materia "Políticas y Planificación de la Comunicación" en la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires


http://www.coalicion.org.ar/

No hay comentarios:

Publicar un comentario